Tecnología prohibida.

Imagina que sería de tu vida si el gobierno de tu país no habría permitido, en el momento de su aparición, el uso de la luz eléctrica, el internet o las redes sociales.

La idea de prohibir estas tecnologías puede parecer absurda, pero a lo largo de la historia, hemos visto cómo los gobiernos han intentado frenar el avance tecnológico en aras de la seguridad, la privacidad y el control.

Lamentablemente ejemplos hay muchos. Empezando por la iglesia católica prohibiendo libros impresos en la Edad Media, el Gobierno de los Estados Unidos regulando la radio y la televisión en los años 30´s, el Gobierno Comunista Chino prohibiendo el internet en los 90´s y más recientemente otros casos como Iran, Cuba y Venezuela censurando y restringiendo el libre acceso a redes sociales y otros contenidos en la red.

Esta semana vivimos lo que puede ser el comienzo de otro gran intento por coartar nuestras libertades con relación a la tecnología.

El gobierno de Italia ha sido el primero en prohibir el uso de una inteligencia artificial en su país, en este caso ChatGPT. ¿La razón? No cumplir con las políticas Europeas de Protección de Datos.

Por otro lado un grupo de 1000 “expertos” a nivel mundial, incluidos el empresario Elon Musk co fundador de Open AI (la empresa que desarrolla ChatGPT), el cofundador de Apple, Steve Wozniak, y el director ejecutivo de la firma Stability AI, Emad Mostaque, firmaron una carta pidiendo que se detenga de inmediato el entrenamiento de inteligencias artificiales más avanzadas que ChatGPT 4 y si no se hacía voluntariamente los gobiernos deberían intervenir.

Esta vez usaron a misma razón que usaron en la Edad Media frente la aparición de la imprenta: “Pueden traer profundos riesgos para la sociedad y la humanidad”

¿Crees que un gobierno debe restringir el acceso a las nuevas tecnologías? ¿A quién defienden estas medidas? ¿A sus ciudadanos? o responden a otros intereses.

Soy de los que cree que cada persona es libre de decidir como actuar frente a las nuevas tecnologías, en especial a una con tanto potencial como las inteligencias artificiales.

Nadie puede imponerte usarlas o dejarlas de usar, adaptarte rápidamente o simplemente esperar.

Y si un gobierno por decreto decide prohibir una nueva tecnología, no solo perjudica al que la desarrolla, nos termina perjudicando a todos, en especial a nuestras libertades y a nuestra innata capacidad de evolucionar.